Cuando un ser querido padece una enfermedad terminal, no siempre es fácil saber cómo reaccionar.
Uno de los mayores temores es pensar que nuestra relación pueda cambiar, asegúrate de hacerle saber que tu vínculo con él no es nuevo, ni se limita a la enfermedad, tu vínculo con el paciente es todo lo que han sembrado mucho tiempo antes y no por la enfermedad.
Tratar con la mayor normalidad posible no quiere decir ignorar la realidad ni hacer como qué nada pasa, esta normalidad posible la dará el amor, a mayor necesidad pues tu servicio y tu amor crecerá y será algo normal para ambos. Hazle saber a la persona que estás dispuesto a escuchar y nunca subestimes el valor de tu presencia. Aunque parezca que no estás haciendo nada, tu presencia envía un mensaje importante.
No podemos asumir que toda persona pasará por un proceso metódico o espiritual de aceptar la muerte, lo mejor que se espera es que tu ser querido aprenda a vivir de la forma más plena posible mientras acepta su enfermedad terminal y que «viva su muerte» en plena conciencia, pudiendo despedirse y resolver problemas emocionales.
¿Cómo ayudas a un ser querido quien está en negación sobre su muerte inminente?
La negación es un mecanismo de afrontamiento. Tu ser querido podría estar en negación porque la realidad es demasiado aterradora, demasiado abrumadora o demasiado amenazante para su sentido de control. La persona podría tener miedo de sufrir dolor o perder el control de sus funciones corporales o de su mente. También podría temer fallarle a la familia o convertirse en una carga.
La negación a veces permite que una persona vaya aceptando la realidad de a poco y siga viviendo mientras contempla la muerte. Mientras que la negación no le cause un daño significativo, como por ejemplo, si provoca que la persona reciba tratamientos dolorosos sin valor terapéutico, entonces no es necesariamente perjudicial.
Para proporcionar apoyo emocional y espiritual, invita a tu ser querido a hablar sobre sus miedos. A veces, sin embargo, es más fácil para una persona moribunda compartir sus temores con un consejero espiritual.
¿Qué más puedo hacer por mi ser querido?
Anima a tu ser querido a hablar de su vida. Puede que te sorprendas con las historias que tiene para compartir. Hablar sobre los recuerdos también puede ayudar a afirmar que la vida de la persona es importante y que será recordada.
La mayoría de la gente desea morir con la familia cerca, pero otros prefieren irse en privado. Mantener una vigilia puede ser una experiencia sagrada y dar a una persona moribunda fuerza y consuelo. También puede ayudar a tratar el dolor y los síntomas y a que la persona tenga acceso a recursos espirituales.
Recuerda que tu amor por él debe ser más grande que el dolor de perderlo, no te aferres a él diciendole «no me dejes», porque es muy posible que sus fuerzas físicas ya no den más y ese pedido le duele. Al contrario agradécele todo el tiempo que compartieron, agradécele estar a su lado en este momento y dale la paz de saber que tu estarás bien, que lo extrañarás pero que sabes que algun día se encontrarán de nuevo.
Siembra esperanza para ti y para él, la muerte no es el fin del amor.