El tiempo de Dios no es el nuestro

Ten paz en la espera

“Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni sus caminos son mis caminos —afirma el Señor—.”
(Isaías 55,8)

En momentos de dolor, especialmente cuando la pérdida golpea el corazón, es natural preguntarse por qué Dios no intervino antes. ¿Por qué no evitó esta enfermedad? ¿Por qué no escuchó nuestras súplicas a tiempo? Y es que el sufrimiento nos confronta con un misterio: el tiempo de Dios no es el nuestro.

A veces, quisiéramos que las respuestas lleguen de inmediato, que la sanación ocurra pronto o que el consuelo sea instantáneo. Sin embargo, Dios obra en el silencio, en los procesos, en los días largos y hasta en las noches sin respuestas. Su tiempo es perfecto, aunque a nuestros ojos parezca tardío.

Esperar en Dios no es resignarse: es confiar. Es saber que, incluso en medio del duelo, Él no se ha apartado. Que el alma que partió lo hizo en Sus manos, y que el tiempo que vivimos aquí sigue teniendo sentido, aunque aún no lo comprendamos del todo.

La fe nos invita a encontrar paz en la espera. A veces, esa paz llega en una palabra, en un gesto, en un abrazo inesperado. Otras veces, llega en la certeza de que el amor no se acaba con la muerte, sino que se transforma y permanece.

En Columbarios Fuente de Paz, acompañamos cada duelo con la paciencia y la esperanza que nos inspira Dios. Porque sabemos que todo tiene su momento, y que cada lágrima es recogida por Él.

🙏 Que en la espera encuentres serenidad, y en la fe, un refugio donde descansar.