Explicar la muerte de un ser querido a un niño es uno de los momentos más delicados y difíciles que enfrentan padres y cuidadores. Cuando el fallecido es alguien tan especial y cercano como un abuelo, el impacto emocional puede ser profundo y confuso para el niño. Los niños procesan la pérdida de manera distinta a los adultos, y necesitan de un enfoque sensible, honesto y adecuado a su edad.
1. Prepara el momento y el entorno
Es fundamental elegir un lugar tranquilo y familiar para tener esta conversación, evitando cualquier distracción. Si es posible, asegúrate de que el niño esté con un adulto de confianza que pueda brindarle apoyo y consuelo inmediato. En este momento, es importante estar físicamente cercano, lo que puede ayudar al niño a sentirse seguro.
2. Usa un lenguaje simple y directo
Al hablar con un niño sobre la muerte, evita frases confusas como «se ha ido» o «ha partido». Estos términos pueden ser difíciles de comprender y crear ideas erróneas en el niño, como pensar que el abuelo regresará en algún momento. En cambio, utiliza un lenguaje claro y concreto, como «El abuelo ha muerto». Esta honestidad permite que el niño entienda la realidad de la situación.
3. Explica lo que significa la muerte, de acuerdo a su edad
La comprensión de la muerte varía según la edad del niño:
- Hasta los 5 años: A esta edad, los niños pueden no entender que la muerte es permanente. Puedes explicar que cuando alguien muere, su cuerpo deja de funcionar y ya no puede hacer cosas como hablar, respirar o moverse.
- De 6 a 9 años: Los niños en esta edad empiezan a comprender la muerte como algo permanente y universal. Puedes explicar que todos los seres vivos, en algún momento, mueren, y que el abuelo no regresará, aunque siempre podrán recordarlo y quererlo.
- 10 años en adelante: Para los niños mayores, es posible hablar de la muerte de forma más directa y detallada. Responde sus preguntas de forma honesta y clara, y ofrécele la posibilidad de expresar lo que siente.
4. Anima al niño a expresar sus emociones
El niño puede experimentar una gama de emociones, desde la tristeza hasta la confusión e incluso la culpa. Algunos niños pueden no saber cómo expresar lo que sienten o pueden reprimir sus emociones. Anímalo a hablar de lo que siente sin imponer ninguna emoción específica. Puedes decirle, por ejemplo: “Está bien si te sientes triste, enojado o si quieres llorar; todos sentimos cosas diferentes cuando alguien que queremos se va.”
5. Responde a sus preguntas con honestidad
Los niños suelen ser curiosos y pueden hacer preguntas inesperadas sobre la muerte. Es importante responder a sus dudas con paciencia y sinceridad. Si el niño pregunta cosas difíciles como “¿Por qué murió el abuelo?” o “¿Qué pasa después de que alguien muere?”, puedes ofrecer una explicación adecuada a su edad. Si no tienes una respuesta concreta, también es válido decir que no lo sabes, pero que pueden intentar encontrar una respuesta juntos.
6. Mantén una estructura y rutina
Tras la muerte de un ser querido, la vida del niño puede verse alterada, lo que puede incrementar su sensación de inseguridad. Mantener una estructura y una rutina ayuda a que el niño se sienta en un ambiente predecible y seguro. Esto le permite enfocarse en su vida diaria y le brinda estabilidad, lo cual es especialmente útil cuando está procesando la pérdida.
7. Dale espacio para el recuerdo
Permitir que el niño hable y recuerde a su abuelo le ayuda a mantener un vínculo positivo con él. Puede ayudar compartir juntos recuerdos o mirar fotos del abuelo, o incluso permitirle llevar un objeto que le recuerde a él. Esta conexión ayuda a integrar el amor por el abuelo dentro de su vida de una manera saludable y reconfortante.
8. Ten en cuenta el impacto del duelo en el comportamiento del niño
Cada niño vive el duelo de manera diferente, y algunos pueden experimentar cambios de comportamiento. Es normal que el niño pase por una fase en la que esté más triste, irritable o distraído, se debe estar atento a las señales de un duelo complicado, como el retraimiento constante o la negación de la muerte. Si estas señales persisten por un periodo prolongado o afectan su vida diaria, considera buscar ayuda profesional.
9. Sé un modelo de expresión emocional
Los niños suelen imitar el comportamiento de los adultos, y en un momento de duelo, ver a un adulto expresar su propio dolor puede ayudar al niño a sentirse seguro al mostrar el suyo. Expresar frases como “Yo también estoy triste porque extraño al abuelo” o “Lloro porque me duele su partida, y eso está bien” valida los sentimientos del niño y le muestra que es natural llorar y extrañar a quien ya no está.
10. Da espacio y tiempo para sanar
El duelo no tiene un tiempo definido, y es importante ser paciente. Algunos niños pueden adaptarse más rápidamente, mientras que otros necesitarán más tiempo y apoyo. Lo más importante es brindar un espacio seguro, sin presionarlo para que “supere” la pérdida, sino dándole la libertad de avanzar a su propio ritmo.
Conclusión
Informar a un niño sobre la muerte de un ser querido, especialmente de alguien tan cercano como un abuelo, es un proceso delicado y emotivo. Con un enfoque basado en el amor, la sinceridad y el respeto por sus emociones, el niño podrá comprender la pérdida y aprender a vivir con ella. Acompañarlo en su duelo, validar sus sentimientos y permitirle recordar con cariño a su abuelo pueden ser los pilares para que el niño recupere la seguridad emocional, integrando el recuerdo de su abuelo como un legado de amor que permanecerá siempre en su corazón.
M.Linares Jara