Si quieres consolar y no sabes qué decir ten en cuenta lo siguiente:
- Si no sabes cómo hacer tema de conversación con quien ha sufrido una pérdida y lo sientes absorto o callado, puedes preguntarle ¿ te veo pensativo, quieres compartir lo que pasa por tu mente?
- Comparte vivencias y anécdotas que compartiste con el difunto, repite muchas veces el nombre del difunto, los deudos te agradecerán conocer esos detalles desconocidos.
- Confronta con delicadeza a quienes dicen frases absolutistas como: Ya nada me importa, él era todo para mi. Invítalo a escribir su propia historia, su propia biografía.
- Sensibiliza al deudo a no ser esclavo del pasado, (a menudo idealizado o sentido como inconcluso), hazle mirar el presente ( frecuentemente desacreditado) y que reformule su futuro sin el difunto.
- Orienta a transformar su dolor en apertura hacia los demás, que vea en el servicio a otros que sufren el modo de curar sus heridas y de ver que también otros siguen viviendo a pesar de su sufrimiento.
- Invítalo a fortalecer su fe y esperanza en Dios.
- Tu tarea no es quitar el dolor, sino ser compañero de viaje.
- Aprende a escuchar y estar presente, a veces no hace falta hablar.
Consolar a quien sufre hará tu corazón más humano, no temas en cargarte de ese dolor, no se trata que tu lo vas absorber, eso es imposible. Tu misión es escuchar y acompañar. Nadie puede sufrir por otro, pero si puedes consolar con tu compañía y presencia activa.