Suicidio de un adolescente

El suicidio es acabar con la propia vida. Con frecuencia, el suicidio se ve como una manera de dar fin a la desesperanza o frustración abrumadora, o de resolver un problema para el que no se encuentra una solución. El suicidio de una persona joven es devastador para la familia, los amigos y la comunidad. Los padres, los hermanos, los compañeros de clase, los entrenadores y los vecinos tal vez se sientan enojados o culpables, o se pregunten si podrían haber hecho algo para impedir que esa persona joven se suicidara. (…)

¿Qué pueden hacer los padres?

Muchos adolescentes que se suicidan o intentan suicidarse advirtieron de alguna manera a sus seres queridos. Por eso, es importante que los padres sepan cuáles son las señales de advertencia para que los adolescentes que quizás tengan pensamientos suicidas puedan recibir la ayuda que necesitan.

Si bien no siempre es posible prevenir un suicidio, siempre es conveniente estar informado y tomar medidas para ayudar a un adolescente atormentado.

Algunos adultos creen que los niños o muchachos que dicen que se van a lastimar o quitar la vida «solo lo hacen para recibir atención». Es importante darse cuenta de que si se ignora a un adolescente que está buscando atención, las probabilidades de que se autolesione son mayores.

En general, los adolescentes no quieren recibir atención bajo la forma de visitas a la sala de emergencias, citas con los médicos y tratamientos en instituciones de salud mental; salvo que estén gravemente deprimidos y pensando en suicidarse o al menos deseando estar muertos. Es importante ver estas señales de advertencia como graves y no como un «pedido de atención» que se puede ignorar.

Observe y escuche

Observe atentamente a un adolescente deprimido y retraído. Comprender la depresión en los adolescentes es muy importante porque puede ser muy diferente de las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede darse como problemas con los amigos, las calificaciones, el sueño o como mal humor o irritabilidad en lugar de tristeza crónica o llanto.

Intente mantener abiertos los canales de comunicación y exprese su preocupación, su apoyo y su amor. Si su hijo adolescente le confía sus problemas, demuéstrele que toma en serio sus preocupaciones. Tal vez, una pelea con un amigo a usted no le parezca tan importante, pero para un adolescente puede ser algo tremendo y agotador. No minimice ni ignore lo que le pasa a su hijo adolescente porque esto puede aumentar su sentimiento de desesperanza.

Si su hijo adolescente no se siente cómodo como para hablar con usted, sugiérale una persona más neutral, como otro pariente, un integrante del clero, un entrenador, un consejero escolar o su propio médico.

Haga preguntas

Algunos padres dudan si preguntarles a sus hijos adolescentes si han estado pensando en el suicidio o en autolesionarse. Algunos temen que hacer preguntas haga pensar a su hijo en la idea del suicidio.

Siempre es una buena idea preguntar, aunque pueda ser difícil. A veces, explicar por qué hace esas preguntas puede resultar útil. Por ejemplo, podría decir lo siguiente: «He notado que has estado hablando mucho de tu deseo de estar muerto. ¿Has estado pensando en quitarte la vida?». (…)

Si tiene una visita programada con un profesional de la salud, no deje de acudir a ella, aun cuando su hijo adolescente le diga que se está sintiendo mejor o que no va a ir. Es normal que los pensamientos suicidas vayan y vengan. Pero su hijo adolescente necesita ayuda a fin de desarrollar las habilidades necesarias para mantener los pensamientos y las conductas suicidas bajo control durante una crisis.

Si su hijo adolescente se niega a ir a la visita, dígaselo al profesional de la salud mental. Si usted acude a la sesión y trabaja con el médico, continuará teniendo acceso a la ayuda que su hijo necesita. El médico también puede conversar con usted sobre maneras de ayudar a que su hijo adolescente acepte ayuda.

Recuerde que los conflictos entre un padre y un hijo pueden empeorar las cosas para los adolescentes que se sienten aislados, incomprendidos, desvalorizados o con tendencias suicidas. Obtenga ayuda para los problemas familiares y resuélvalos sanamente. Informe al profesional de la salud mental si su familia tiene antecedentes de depresión, abuso de sustancias o violencia doméstica. Hable sobre cualquier otra causa de estrés en el hogar, como un ambiente continuo de criticismo

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