Para todo tipo de aborto es necsario elaborar un duelo para reorganizarse e integrar lo que ha ocurrido a tu propia vida.
El problema es que cuando hablamos de duelo por un aborto hemos de tener en cuenta que se trata de un duelo no autorizado o negado socialmente.
Por duelos no autorizados entendemos esos procesos de duelos a los que socialmente no se les da un espacio, o que parece que van a tener una rápida recuperación y por ello parece que no tienen derecho a ser llorados (cuando fallece un padre o una madre a edad muy avanzada, o el caso de los/as abuelos/as, el fallecimiento de una pareja cuya relación no era admitida, la muerte de un familiar que no es de primer grado o con el que no había buena relación…etc.).
El duelo ante un aborto espontáneo temprano e incluso perinatal entra dentro de esta categoría. El entorno no suele dar el apoyo necesario porque no saben qué decir y/o además de existir una tendencia a trivializarlo. Por ello es vivido por la doliente con muchos sentimientos de soledad e incomprensión.
Mensajes como: “si no ha seguido hacia adelante es porque no tenía que nacer”, “tranquila, eres joven y ya tendrás más”, “mejor ahora que estás de pocas semanas que después de varios meses”,”mira el lado positivo, eso es que puedes tener hijos”…etc
Un duelo por un aborto suele estar marcado por una gran sensación de vacío: se ha de despedir a alguien a quien no se ha visto y de quien, no obstante, ya se sabía todo. A eso hay que añadir la frustración que implica el haberse preparado para dar la bienvenida a un bebé que finalmente no llegará. Entender esto, es clave para afrontar un duelo por aborto si eres la madre o el padre y para brindar apoyo si eres alguien allegado a los padres.
Los abortos además de complicaciones médicas, conllevan una serie de sentimientos, emociones y necesidades psicológicas ya que la madre se desborda de sentimientos como dudas, miedo, ansiedad y culpabilidad.
Se suele dar un shock inicial como reacción aguda. Muchas mujeres se hacen preguntas y muestran cierta necesidad de hallar una explicación más allá de la información médica y sobre todo la necesidad de experimentar emocionalmente el proceso de duelo que la mayoría de las veces les viene denegado:la normalización emocional del suceso por parte del entorno tanto familiar (que intenta distraer de ese duelo) como sanitario (son muchas las mujeres que hacen referencia a la frialdad de los médicos).
Consecuencias emocionales
Para la mayoría de las mujeres, la interrupción de un embarazo (de forma voluntaria o no) independientemente de la semana de gestación, es un evento estresante en su vida.
No es inusual experimentar una amplia gama de respuestas psicológicas y emocionales. Algunas mujeres pueden sentirse aliviadas por haber tomado la decisión idónea y haber tomado medidas para resolver una situación difícil, mientras que otras pueden experimentar una serie de emociones negativas. La culpa y el arrepentimiento son muy poderosos y a menudo son sentimientos que se malinterpretan. La culpa es el sentimiento que resulta cuando una persona cree que ha hecho algo malo. Mientras que el arrepentimiento es el deseo de cambiar algo que ya ha ocurrido.
Cualquier pérdida de embarazo llevará a una interrupción del ciclo hormonal. Los sentimientos negativos que ocurren después de una interrupción planificada pueden deberse al menos en parte a cambios hormonales, que son similares a los que ocurren después de una pérdida de embarazo no planeada.
( Tomado de http://www.baldomirpsicologa.com/)